¡Mesita cubrite!

#11 Misiones

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Comparacion entre Alemania y Polonia

Queridos oyentes,

trato de resumir mis pensamientos centrales de ese episodio. El mundo es muy brutal. El capitalismo nos explota a todos los que somos parte de la clase obrera, y nos aliena de una vida autónoma y ajustada a nuestra naturaleza, ya que nos incorpora en la cadena de la producción. Pero peor están los que no tienen trabajo, ellos simplemente lo deja atrás y muchísimos se mueren por falta de comida o de medicina contra enfermedades como diarrea que es causado por agua contaminada en países no tan desarrollados. También mueren muchísimos del sida y de malaria aunque tendríamos los medicamentos para tratarlos y facilitarles una vida más larga y digno. Pero no queremos porque el capital está arriba de todo y él que no lo tiene no está digno de sobrevivir según la lógica capitalista. Por eso habría que abolir ese sistema de manera revolucionaria. Pero los de izquierda por lo menos en Europa son tan angustiosos y conformes con el estado del mundo que ni siquiera se atreven a pensar en eso. Ahora está el problema: que hacer para apaciguar la conciencia para nosotros en el mundo occidental que gozamos más de ese sistema pero tal vez algunos sienten un leve sentimiento de culpa porque sabemos que no es alcanzable ese nivel de bienestar para todos los habitantes de la tierra. Ahí viene la solución: la pandemia. Ella permitió proyectar todos los males y defectos del mundo a ese chiquito virus. Ahora el virus es el malo y todos tenemos que unirnos para luchar contra él. Ese discurso ingenuo pudo prevalecer en mi opinión porque muchos saben que somos culpables de mantener el orden de las cosas, de la economía y del comercio así como está pero no se atreven a pensar en como mejorar las cosas a nivel mundial. En ese penoso estado psicológico la pandemia nos ayudó a reprimir los pensamientos en la política que siempre es polémico y traumatizante y enfocarnos en la medicina, donde supuestamente todo es tan científico y evidente.

La pandemia fue en gran medida solo montada, inventada y construida por científicos que quisieron ser famosos y salir en las noticias y por los medios de comunicación que quisieron hablar de algo realmente grave que a todos nos debería concernir y llevarnos a cambiar nuestra vida. Las restricciones fueron aceptadas por el publico por eso que explayé y por otra parte también por una obscura ansia de calmar la vida que nos parecía sumamente acelerada por los cambios en el mundo de la tecnología etc. Ahí vino la pandemia y todos suspiramos y dijimos: por fin! Quedemonos en casa para ser solidario, ahora por una buena vez todo se para y ya no hay que salir mucho y pretender de llevar una vida excitante y tomar muchas fotos para que lo vean los amigos en el Facebook como la estamos pasando bien. Creo que eso aportó también una gran parte a la actitud obediente de muchas personas, tanto los periodistas como la gente común. Todos sentimos que esa vida antes de la pandemia fue demasiada rápida y nos abrumó, por eso había que encontrar alguna razón por frenarlo todo. Y yo pienso que está bien que la vida se frene un poco porque no me gusta ser muy social, pero en ese caso la racionalización fue muy errónea y es peligroso aceptar un estado de emergencia así que se prolonga por anos y que no tiene justificación ni científica ni política.

Lo lógico que hacer habría sido invertir en el sistema hospitalario para fortalecer los hospitales y pagar mejor a los médicos y enfermeros. Justo lo contrario pasó en Alemania y muchos enfermeros dejaron su trabajo. Ni siquiera la ocupación de los hospitales y de las UCIs era significativamente más alta que en otros anos antes. Los políticos dirán que fue justo por las medidas que impusieron, pero es una mentira, ya que éstas en gran parte ni siquiera son efectiva. Véase por ejemplo el gráfico que compara la ola del covid en Alemania y Polonia, que tuvieron políticas muy distintas pero resultados casi iguales. Las olas de viruses contagiosos son un fenómeno natural que la ciencia ni siquiera entiende hasta ahora tan perfectamente y no sabemos que influye en la propagación de un virus. Pero ya que vivimos en una época donde la ciencia tomo en parte el lugar de Dios y esperamos que ella nos ayude a llevar nuestras vidas bien y guiarnos en ese mundo, se escuchó muy atentamente a los virólogos que se creían los nuevos sacerdotes que nos llevan la sabiduría divina e indican la manera correcta en la que hay que vivir.

Una ultima observación que quiero agregar: En los años precedentes de la pandemia entramos en una escena política sumamente polemizada por fenómenos como la elección de Trump en EEUU y el voto del Brexit. En ambos casos la respuesta de los indignados políticos del “centro” y de los de la izquierda liberal fue que esos votos se produjeron porque los votantes actúan de una manera irracional, que ya ni siquiera escuchan a argumentos y no es posible hablarles de una manera racional y científica, ya que supuestamente rechazan la ciencia y la lógica en total y no están dispuestos a tomar nota de “hechos” innegables. Esa noción en mi opinión es falsa y los votantes en ambos casos tuvieron buenas razones, pero eso no viene el caso. Sino que simplemente se produjo un odio a gente que supuestamente no toma nota de la ciencia y había un tipo de ansía de establecer una fractura entre los racionales y los irracionales.

Y en el 2021 llegó la oportunidad perfecta: se dijo que los que toman la vacuna son buena gente, escuchando a la ciencia y los que se niegan son negadores de la ciencia. Eso nos llevó a fenómenos muy feos como la segregación: en muchas tiendas no era posible entrar para los no vacunados y en otras, también en los medios de transporte se pedía un test del mismo día, pero no se pide eso a los vacunados, lo cual no tiene un sentido medicinal y es basado en puro odio contra ese grupo de gente. Tomar la vacuna es una decisión para vos mismo, no aportás tanto en proteger a los demás como se pensó en el principio. Pero el juego ya estaba armado y para la gran mayoría del pueblo era evidente que los no vacunados tenían la culpa de todo lo que ocurría. Por suerte como veo en mi viaje en Sudamérica no se llegó hasta esas alturas de la locura y el mobbing de personas, pienso que será porque acá tienen otros problemas más grandes que una pandemia teatral. Vamos a terminar con ese tema pronto ya que no es tan agradable y ya el próximo episodio va a hacer un giro a otros temas más alegres. Un saludo, y hasta la próxima.


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